miércoles, 2 de abril de 2014

Cambiar de mentalidad



Siempre había pensado que era una persona positiva, me gusta serlo, porque creo que ayuda a que la vida sea como una sonrisa abierta. Te permite subir las persianas y que ese sol que tanto me gusta, entre descarado y empiece a acariciarme y a besar mi piel con su luz.
Pero hoy me reté a mí misma, y decidí jugar con mis pensamientos como cuando era niña y me aburría, yo deseaba pensar para saber que pensaba y mis pensamientos se escondían tímidos y se agazapaban entre cada pliegue de mi mente, yo los buscaba hasta que encontraba alguno y entonces intentaba analizarlo, quien era, de donde procedía, que quería explicarme. Venían uno a uno o casi los encontraba retraídos, inquietos, como si fueran seres solitarios en mi mente.
Cuando dejaba de jugar se agolpaban todos de nuevo, hablando todos a la vez y yo perdía cualquier control sobre ellos, no quedaba ninguna posibilidad de análisis, simplemente eran como un remolino de ideas, que a veces era tan potente que se convertían en un huracán incontrolable y así mi mente se llenaba de ruidos, era imposible escuchar nada.
Hoy mientras jugaba me decidí a escribirlos para no olvidarlos y...
 ¿sorpresa? 
 He descubierto la negatividad que habita en mi mente, esos mensajes encriptados que juegan a decirme que NO, que no confíe en mí, que no soy suficientemente buena, que no puedo, que no, que no, que no y que no. Pero ahora que los he descubierto ya no podrán ocultarse por más tiempo, voy a empezar a cambiarlos porque esos no me gustan nada y ahí si que me sirve el NO,
 voy a dejar la persiana subida, porque me encanta dejarme seducir por la luz de los SI...

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