Querido Z.
Bien, vale. Reconozco que a veces, me dejo hundir.
Que me encierro en mi misma.
Que no escucho más voces que los "no puedo"
en mi cabeza. Que a veces miro la ventana
Que no escucho más voces que los "no puedo"
en mi cabeza. Que a veces miro la ventana
y me digo, que si fuera lo suficientemente valiente
o lo suficientemente cobarde,
saltaría.
o lo suficientemente cobarde,
saltaría.
Pero no lo soy, justo en ese aspecto no soy un concepto extremo.
A veces tengo miedo. ¿A veces? Siempre.
Pero bueno, a veces el miedo se hace muy grande y yo muy pequeña.
Y esporádicamente no puedo más, mi mundo se derrumba y
no sé por donde empezar a reconstruirlo.
Días como hoy, días como ayer...
en los que nada es capaz de hacerme sonreír.
no sé por donde empezar a reconstruirlo.
Días como hoy, días como ayer...
en los que nada es capaz de hacerme sonreír.
Debilidad, asco.
Me conoces bien, sabes que todo eso me afecta.
Y sabes que soy incapaz aunque me engañes diciéndome que no,
que puedo.
que puedo.
Deja de creer en mi, yo ya lo he hecho hace mucho tiempo.
C.