No pido encontrar el amor, yo pido tener a alguien quien se preocupe por mí, alguien que si se levanta por la mañana antes que yo me mande un mensaje de buenos días, alguien que me anime a gastar mis 15 minutos de descanso en llamarla para poder escucharla decir:
- ¡Cariño, te he echado de menos!.
Son pequeños detalles solamente, un whatsapp 10 minutos antes de salir de trabajar que ponga:
- ¡Estoy aquí abajo, hoy te llevo a casa yo grandullón, te quiero!
Alguien a quien abrazar porque si, tirarme en el sillón a ver una película teniendo que soportar pelos en mi cara, pies fríos en mis gemelos y suspiros de aburrimiento para que cambie de canal si la película es de acción y no de amor, sentir esa mala gana de levantarte a por su helado que se le olvidó traer antes de estar perfectamente cómodo.
Discutir porque yo quiera campo pero ella quiera playa, acabemos en la playa con mi cara de gruñón mosqueado, ver que ella está más habladora de la cuenta, más simpática de la cuenta, me pregunta que emisora quiero poner hoy o incluso si se me apetece parar en alguna gasolinera para comprarme mi golosina favorita, Notar como intenta ganarme con buenas caras, con amabilidades de optar por opciones que en cualquier otro momento ella ni de locos me dejaría elegir, notar como hasta ella se ve excesivamente amable para que yo no me enfade.
Sentirme feliz estando de gruñón es algo raro, pero muy gratificante.
Alguien en quien coger mucho mucho coraje espontaneo, cuando quiero salir a la calle de noche pero me vea sin ninguna chaqueta decente porque todas las tenga ella.
Trasnochar, abrir un ojo y poder ver a alguien en frente de mi el fin de semana, pensando: "Que afortunado soy de tenerte" en vez de pensar: "¿Qué hace esta mujer aquí que aún no se ha pirado a la casa?"
Alguien a quien mirar a los ojos, que pueda coger su mano mientras hagamos el amor.
Regalos inesperados.
Planear viajes con lo puesto, teniéndonos uno al otro y no más.
Yo quiero encontrar alguien que entienda mi historia, que haya caminado por un camino similar al mío con los zapatos igual de rotos que yo, que sepa lo que es el dolor, que sepa lo que es sufrir por alguien, que sepa lo que es pasarlo mal por alguien que no te haya valorado, que no te hayan sabido querer, que luchara por algo que estuviera perdido, que haya sentido la amargura de los celos, que esperara por algo que jamás llegó, que diera oportunidades a quien no las mereciera, que haya llorado por amor, que haya soportado una infidelidad delante de su cara.
No quiero amor, tampoco quiero personas que crean en el amor.
Quiero sentir un corazón roto que vuelve a latir, ver brillar a unos ojos secos de tanto llorar, besar con cariño unos labios que hayan sido mordidos por ella misma de la rabia, darle calor a una mano que haya golpeado alguna mesa porque se haya olvidado de su aniversario, hacer reír a la garganta que en su momento se quedó sin voz de chillarle al que flirteara con otra, ilusionar a alguien haya dejado de soñar.
Lograr hacer sonreír con el cariño que le das a alguien que ha sufrido por el amor, es quizás una de las cosas más increíbles que puede hacer una persona por otra.
Quiero esto, no quiero amor.
El amor duele, la empatía sana.
miércoles, 22 de abril de 2015
lunes, 20 de abril de 2015
Carta de la ansiedad para ti
Hola
Soy la ansiedad, no te asustes...vengo en son de paz , por cierto, ¿por qué te asustas tanto ante mi presencia?
Digo, se que sientes horrible cada vez que aparezco que te desesperas y quisieras mandarme a volar, se que si pudieras... Me matarias,sobre todoporque crees que soy yo la que te quiere mataro hacer daño, pero creeme , si no te hubiera matado, no lo voy a hacer.
No estoy aqui para hacerte daño, mucho menos para volverte loco, creo que ya te lo he demostrado cada vez que llego a tu cuerpo, hago un relajo y te asusto, pero al final del dia... No te he matado, no te has vuelto loco.
Si pudiera, lo haría, pero esa no es mi idea.
La verdad es que aparezco y te hago sentir todo eso porque no había logrado encontrar otra manera de hacerme escuchar por ti, estabas tan ocupado tratando de ser exitoso, productivo y de demostrarle a los demás que eres digno de ser amado… que no escuchabas mis pequeñas señales.
¿Recuerdas esa vez que te dio un dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste insomnio por más de 2 horas? ¿O qué tal esa vez que sin razón aparente te soltaste a llorar?
Bueno, pues todas esas veces era yo tratando de que me escucharas, pero no lo hiciste, seguiste con tu ritmo de vida, seguiste con tu misma manera de pensar… Entonces intenté algo más fuerte, hice que te temblara el ojo, que se te taparan los oídos y que te sudaran las manos… pero tampoco me quisiste escuchar.
Aunque acá entre nos, los dos sabemos que sentías mi presencia, es por eso que cuando te quedabas tranquilo… o era momento de estar sólo contigo mismo, en soledad… te empezabas a poner nervioso, como si algo te impidiera quedarte quieto.
Te desesperabas, porque no “entendías” con tu mente racional lo que estaba pasando, y claro, con tu mente racional no me ibas a entender.
Así es que por eso me he rendido y decidí escribirte.
Y te felicito si estás leyendo lo que te digo, porque significa que ya tienes el valor de escucharme, y créeme, nadie mejor que yo sabe de tu gran habilidad para evitarme y salir corriendo, huyendo de mí como huirías del monstruo en el bosque oscuro.
Como esas veces que me evitas y te distraes embobándote horas con la televisión, viviendo las vidas de otras personas que ni conoces para no enfrentar que la tuya no te gusta.
O qué tal, de esas veces que con un par de cubitas lograbas adormecer tus nervios e inquietud; y ni qué decir de esas otras substancias que más allá de adormecerte, te fugan de esta realidad que no quieres enfrentar.
Pero bueno, espero que ahora estés listo y lista para enfrentar tu realidad y escucharme por fin. Espero que estés listo y lista para enfrentar la verdad de tu vida y de ti mismo tal y como es, sin máscaras, sin atajos… sin pretensiones. Así es que aquí te van las cosas como son.
Lo único que llevo tratándote de decir todo este tiempo, es que… ya es tiempo de evolucionar, necesitas hacerlo, no hay de otra.
Necesitas crear cambios muy profundos dentro de ti, pues por alguna razón, en realidad no estás disfrutando de tu vida y no te sientes pleno. Por eso yo estoy aquí, para ayudarte a recuperar esa plenitud que vive dentro de ti, y para lograrlo, tendrás que deshacerte de lo que te impide contactarla.
Estoy aquí para ayudarte a ver precisamente qué te impide contactar con tu sentido de vida, con tu pasión por vivir, con tu alegría y con tu verdadero ser que es tu esencia. Cada vez que yo aparezca en tu vida, será porque por ti mismo no te has dado cuenta que no estás siendo pleno y feliz, así es que si vuelvo a aparecer, no te asustes… mejor agradéceme que llegué y escúchame.
Y si realmente me escuchas, no tardarás en hacer los cambios que necesitas hacer en tu vida, los harás de inmediato, claro, eso si realmente quieres sentirte bien de nuevo, todo depende de qué tanto quieras. Y se que sí quieres, pero a la vez sé que quieres seguir en tu confort y en tu comodidad por vivir con lo “conocido”, aunque eso conocido te haga daño.
Prefieres seguir buscando la aprobación y aceptación de los demás, haciendo hasta lo imposible por llamar su atención; buscando seguridad en otras personas menos en ti; prefieres que los demás sean responsables de tu persona que tú mismo, y claro, te entiendo, todos quisiéramos regresar a la panza de nuestra mamá y despreocuparnos de todo.
Pero… te tengo una noticia, solamente entrando a un temazcal podrás acercarte a esa experiencia. Mientras tanto… necesitas asumir que eres responsable de ti y que solamente tú me podrás escuchar, y cuando me escuches y yo vea que ya me hiciste caso, créeme que me iré. Solamente tú puedes hacer que me vaya.
Y eso es algo muy importante que te quiero decir, en verdad me iré en cuanto vea que estás haciendo esos cambios en tu vida, cuando vea que estás en camino a tu evolución y que estás dispuesto a crecer y recuperarte a ti mismo. Mientras no lo hagas… aquí seguiré.
En conclusión, si hoy estoy aquí, es porque me necesitas.
Necesitas de mi para modificar tu manera de interpretar tu realidad, la cual déjame decirte que está un poco distorsionada. Necesitas deshacerte de creencias que no te ayudan y que nada más te limitan; necesitas perdonar todo ese enojo que guardas a tus seres queridos y recuperar tu libertad interior.
Y sobre todo, necesitas de mí para hacer lo que te gusta de la vida, para ser tú mismo, y perder el miedo al rechazo o abandono de los demás.
Necesitas de mí para ponerle límites a las personas que te lastiman; para que te agarres de valor y aprendas a decir que “no”; para que dejes de mendigar amor con quien no te merece; para que dejes de depender de la existencia de tu pareja para ser feliz; para que de una vez por todas… ¡cuides tu cuerpo!
¿De qué otra manera le habrías puesto atención a tu cuerpo? Digo, probablemente de muchas maneras, pero ésta está funcionando. Necesitas darle el alimento que necesita, dejar de criticar tu físico y agradecerle por lo que te da; haz que sude y que se mueva, ten tus hormonas al día y duerme las horas que necesitas.
¿Por qué te explotas? ¿Por qué te exiges tanto? No entiendo porque lo haces… si lo tienes todo, lo eres todo, tienes toda la capacidad que necesitas para crear tu propia realidad, pero te tratas como tu propio esclavo, eres demasiado severo contigo mismo… y estoy aquí para pedirte que simplemente dejes de hacerlo.
Así es que ya sabes… si realmente quieres que me vaya, toma el timón de ti mismo, pregúntate qué has hecho que te ha sacado de tu equilibrio interior. Pregúntate realmente cómo quieres vivir y lucha por esa vida, es tu vida, y solamente tú puedes decidir sobre ella… si a los demás no les parece, es porque los estás retando y tarde o temprano te seguirán, y si no… tendrán otra oportunidad, dales chance.
El único control que puedes tomar es el de ti mismo, pero para recuperarlo, tendrás que aceptar que lo has perdido, y que dejes que yo me exprese, que salga a decirte con todos esos síntomas tan horribles que me inventé para decirte algo muy claro, pero si me reprimes y te distraes cada vez que llego… no podré hablarte y vendré más fuerte.
Así es que la próxima vez que me sientas llegar, haz un alto, cierra los ojos… déjate sentir todo lo que te estoy diciendo, apaga tu mente racional por un momento, déjate llevar… y entiéndeme. Después, empieza el cambio en tu vida con acciones claras y específicas, y en menos de que te des cuenta, me iré.
Espero no tener que llegar muchas veces más en tu vida, pero si lo hago… recuerda que no quiero lastimarte, quiero ayudarte a que recuperes tu propio camino de evolución, el camino que si lo tomas, te hará mucho muy feliz.
Y ya para terminar, ojalá que puedas verme como lo que soy: tú esencia.
Soy tú mismo gritándote con desesperación que me escuches por favor. Así es que hola, yo soy tú, hablándote desde el fondo de tu corazón, desesperado tocándolo para que me pongas atención, lo que sientes no es taquicardia, soy yo, tu esencia, que quiere salir de ahí.
Cuando no eres esa mujer de la que la gente se enamora
Me tomo bastante tiempo darme cuenta de la razon . Y era bastante simple, casi de reirse
Me han repetido una y otra vez que el amor verdadero debería de ser mi prioridad número uno en la vida. Me he visto condicionada a aceptar y creer que debo experimentar este amor, pero que todavía no estoy lista para ello. Todo con la esperanza de que llegue alguien que me diga las palabras mágicas.
Nunca he experimentado lo que se siente cuando una persona te confiesa su amor eterno. No es que nunca me haya enamorado. Es más, me he enamoré hasta la última fibra de mi ser. Pero nunca nadie se ha enamorado de mí. Nunca me ha pasado que alguien haya hecho algo tan romántico para mí, que haga que tiemble.
Me tomó bastante tiempo darme cuenta de la razón. Y era bastante simple, casi para reírse. Nadie se ha enamorado de mí porque no soy el tipo de mujer de la que te enamoras.
Probablemente sea esa mujer que respetas, o esa mujer a la que admiras. O la mujer que te gustaría encontrar en casa cuando llegues del trabajo. Soy esa mujer que te obliga a cuestionar perspectivas con las que has estado viviendo por años. La mujer a la que miras y te preguntas: ‘¿Cómo hace eso?’ La mujer que buscas cuando necesitas fuerza y apoyo.
Soy complicada. No puedes simplemente tomar mi amor y empaparte de él. No, también tú tendrás que ceder, y eso te costará. Puede que decidas marcharte de mi lado porque encontraste a una chica que te satisface en vez de una mujer que te haga pensar.
No soy la mujer de la que te enamoras. No soy la chica con la que quieres pasar horas simplemente mirándola. Esa chica que es tan delicada, que te dan ganas de pelear contra el mundo por ella. No. Soy fuerte, tozuda y peleona. No voy caminar detrás de ti, voy a caminar contigo. Voy a empujarte tanto -o más- de lo que me empujo a mí misma.
No soy esa mujer a la que tienes que proteger, porque no soy tan frágil como para romperme. Estoy endurecida. Tengo cicatrices de batalla que quizás se parezcan a las tuyas. Y no me averguenzo de ellas. Son mías y son parte de mi historia.
No soy la mujer de la que te enamoras, soy esa mujer a la que aprendes a amar. Y me siento bien con eso, porque sé que, el día que alguien me diga que está enamorado de mí, será real. Será un amor por el que valga la pena luchar.
Y eso es lo que todos merecemos.
Nunca he experimentado lo que se siente cuando una persona te confiesa su amor eterno. No es que nunca me haya enamorado. Es más, me he enamoré hasta la última fibra de mi ser. Pero nunca nadie se ha enamorado de mí. Nunca me ha pasado que alguien haya hecho algo tan romántico para mí, que haga que tiemble.
Me tomó bastante tiempo darme cuenta de la razón. Y era bastante simple, casi para reírse. Nadie se ha enamorado de mí porque no soy el tipo de mujer de la que te enamoras.
Probablemente sea esa mujer que respetas, o esa mujer a la que admiras. O la mujer que te gustaría encontrar en casa cuando llegues del trabajo. Soy esa mujer que te obliga a cuestionar perspectivas con las que has estado viviendo por años. La mujer a la que miras y te preguntas: ‘¿Cómo hace eso?’ La mujer que buscas cuando necesitas fuerza y apoyo.
Soy complicada. No puedes simplemente tomar mi amor y empaparte de él. No, también tú tendrás que ceder, y eso te costará. Puede que decidas marcharte de mi lado porque encontraste a una chica que te satisface en vez de una mujer que te haga pensar.
No soy la mujer de la que te enamoras. No soy la chica con la que quieres pasar horas simplemente mirándola. Esa chica que es tan delicada, que te dan ganas de pelear contra el mundo por ella. No. Soy fuerte, tozuda y peleona. No voy caminar detrás de ti, voy a caminar contigo. Voy a empujarte tanto -o más- de lo que me empujo a mí misma.
No soy esa mujer a la que tienes que proteger, porque no soy tan frágil como para romperme. Estoy endurecida. Tengo cicatrices de batalla que quizás se parezcan a las tuyas. Y no me averguenzo de ellas. Son mías y son parte de mi historia.
No soy la mujer de la que te enamoras, soy esa mujer a la que aprendes a amar. Y me siento bien con eso, porque sé que, el día que alguien me diga que está enamorado de mí, será real. Será un amor por el que valga la pena luchar.
Y eso es lo que todos merecemos.
lunes, 13 de abril de 2015
Por qué el dolor puede ser bueno para el alma
“Un mar tranquilo no convierte a nadie en un buen marinero.” – Proverbio inglés.
Nos esforzamos de forma sobrehumana para evitar el dolor, esquivar el peligro y prevenir dificultades. Aún así es el triunfo por sobre los desafíos lo que nos define como fuertes, resistentes, maduros y con más experiencia.
Contrario a la creencia popular, parece que un poco de sufrimiento puede ser bueno para nosotros. Según Nicole Caldwell, esto nos impulsa a resolver problemas de forma creativa, a pensar de forma diferente y a explorar nuestras propias vulnerabilidades.
¿Podría ser que el redefinir aquello que es difícil, desagradable, traumático o amargo pueda darle una vuelta a esas experiencias y convertirlas en potencial para algo más grande?
Los investigadores han descubierto que los problemas de la vida nos obligan a pensar de forma diferente y a permanecer intelectualmente ágiles. El encontrar una nueva ruta cuando la línea del subterráneo ha dejado de funcionar, el surgir desde el fondo de una montaña de deudas, el lograr superar a un ex novio, todos estos pequeños puzzles son maratones mentales en miniatura.
Así que los desafíos afilan nuestro ingenio. Las pérdidas nos enseñan sobre compasión.
Una encuesta realizada a 15.000 personas reveló que aquellos que habían pasado por momentos muy difíciles eran, en general, más felices y disfrutaban más de la vida.
Una encuesta realizada a 15.000 personas reveló que aquellos que habían pasado por momentos muy difíciles eran, en general, más felices y disfrutaban más de la vida.
En todas partes pueden encontrarse ejemplos de personas marginadas logrando ser reconocidas o depersonas utilizando estas dificultades como oportunidades de crecimiento, ya sea en las páginas de literatura o en la historia misma.
¿Y tú? Piensa sobre cada riesgo que has tomado en tu vida, cada vez que le has aullado a la luna, te has bajado de tu rueda de hámster, y has intentado algo nuevo.
¿Qué te dio el valor para dar ese paso? ¿Qué hubiese sucedido si no hubieses levantado tu cuello por sobre el agua, si no hubieses invitado a esa persona a bailar o si no hubieses postulado para ese empleo soñado?
Para todos quienes se sientan insatisfechos, cansados, agotados, derrotados: abran sus ojos. Es lo negativo lo que da paso a lo positivo.
Hay todo un mundo que necesita ser explorado, amado, y formas creativas de abordar temas muy importantes.
Hay todo un universo de posibilidades. La vida es demasiado corta para conformarse y demasiadopreciosa para desperdiciarla. Es demasiado salvaje para vivir de forma monótona.
Así que ya tienes tus demonios; todo lo que debes hacer es hacerlos bailar.
Las formas en las que nos alejamos de las personas que alguna vez nos conocieron mejor que nadie
A veces deberíamos esforzarnos más por conservar a quienes nos quieren.
¿Piensas alguna vez en cuántas personas conocemos a lo largo de nuestras vidas? Formamos amistades, nos enamoramos, se rompen nuestros corazones, relaciones terminan, se crean distancias. Viajamos, cambiamos de dirección, cambiamos nuestras formas de pensar, desarrollamos sentimientos,perdemos interés, un ciclo continuo de amor y pérdida en formas distintas. Es la forma humana.
Los términos de relaciones, de cualquier ámbito, pueden ser brutales y cambiar tu vida, sí. Pero tambiénhay relaciones que se pierden sin decir una sola palabra. Tal como dice Koty Neelis, son las amistades que has tenido por años con personas y que eventualmente llegan a un alto. No te das cuenta de que se han ido hasta que un día despiertas y recuerdas un momento agradable, y de repente te das cuenta de que no puedes recordar cuándo fue la última vez que hablaste con esa persona sobre algo significativo.
A veces pienso sobre el por qué pasan estas cosas, sobre por qué algunas personas permanecen comouna parte fija de tu vida para siempre, mientras que otras existen tan solo por un corto tiempo, y algunos llegan y se van a lo largo de los años. Pienso sobre las personas que alguna vez consideré como mis mejores amigos y que ahora sólo recuerdo con unas frías ondas de nostalgia. Aún recuerdo la fecha de su cumpleaños, su restaurante favorito, lo que los calma y lo que los hace estar ansiosos, de la misma forma en que ellos me conocieron en algún momento.
Es un poco desalentador el pensar sobre las personas que hemos amado tanto y que hemos perdido con el tiempo, con las circunstancias. Me gustaría pensar que cuando amas a alguien, quien sea, ese amor tiene el poder de durar para siempre. Pero si eso fuera cierto, entonces ¿por qué podemos sentir cómo se desvanece?
Cuando pienso sobre las personas que se han alejado, sé que en mi corazón aún hay amor por ellos. Pero la diferencia entre entonces y ahora es que simplemente ya no es lo mismo. Quizás ese amorpudiese volver a existir si las cosas fueran distintas, si ambos ya hubiésemos crecido un poco, o si nuevamente estuviéramos en el mismo lugar, o si el momento nos permitiera volver a coexistir. Quizás entonces.
Quizás el problema es que ese amor nunca es suficiente. Nos expandimos, crecemos, nos volvemos versiones diferentes de nosotros mismos con el tiempo, y a veces las personas que hay en nuestras vidasno logran mantener el ritmo que llevamos. Los cambios se vuelven muy grandes o la distancia se vuelve demasiada, hasta que luego te das cuenta de que ya no recuerdas qué tenías en común con esa persona.
Quizás el problema es que ese amor nunca es suficiente. Nos expandimos, crecemos, nos volvemos versiones diferentes de nosotros mismos con el tiempo, y a veces las personas que hay en nuestras vidasno logran mantener el ritmo que llevamos. Los cambios se vuelven muy grandes o la distancia se vuelve demasiada, hasta que luego te das cuenta de que ya no recuerdas qué tenías en común con esa persona.
Cada relación tiene sus altibajos, sabemos que esto es cierto. Vivimos esto con amigos, con amantes, con parejas de muchos años, e incluso con familiares. Todo tiene su temporada, pero el impacto de la naturaleza cíclica de las relaciones a menudo puede durar por muchos años después del hecho.
No todas las personas con quienes nos crucemos en la vida se quedarán en esta para siempre, pero me gustaría pensar que, con cada persona que amamos, ya sea de forma romántica, platónica o filial,nuestra experiencia, nuestra capacidad de amar y de preocuparse por otras personas se expande. Nos muestra las formas en las que realmente hemos tenido éxito con otra persona, cómo hemos fracasado en mantener viva la conexión, y nos da datos para relaciones futuras.
Las personas que amamos pueden alejarse rápidamente hasta convertirse en extraños nuevamente, pero el corazón humano tiene una capacidad asombrosa para amar. Hay tantas formas en las que se llena y expande, se vacía y se dobla. Cada vez que sentimos que se rompe o que se fractura un poco más profundo, nos recuperamos con la fuerza para sentir nuevamente. Es la forma humana.
martes, 7 de abril de 2015
La dictadura del debil
“Más por menos, menos”, nos enseñaron. Que lo negativo prevalezca sobre lo positivo no es algo exclusivo de las ciencias matemáticas, o no lo será si no lo remediamos.
Vivimos expuestos a La dictadura del débil. A pesar de sonar algo radical, pues detestamos la palabra dictadura y preferimos ser fuertes, basta con observar algunos de nuestros contextos cotidianos.
Pensemos en estos ejemplos:
Si uno SÍ quiere ir al cine y el otro NO, no irán. Gana el NO. Si a uno le gusta todo tipo de comida pero el otro solo come hamburguesas, si quieren cenar juntos, no aspirarán a mucho más que el McDonald’s…
El resultado de nuestras acciones colectivas no puede nunca superar a las limitaciones individuales. “La fuerza de la cadena es igual al eslabón más débil”, escribió alguien un día… y “las principales cadenas son las ideas”, señaló Rousseau.
Si uno SÍ quiere ir al cine y el otro NO, no irán. Gana el NO. Si a uno le gusta todo tipo de comida pero el otro solo come hamburguesas, si quieren cenar juntos, no aspirarán a mucho más que el McDonald’s…
El resultado de nuestras acciones colectivas no puede nunca superar a las limitaciones individuales. “La fuerza de la cadena es igual al eslabón más débil”, escribió alguien un día… y “las principales cadenas son las ideas”, señaló Rousseau.
Hay casos en los que no importa tanto -“me da igual la película que veamos si es contigo, cariño”-, pero otros en los que sí. ¿Cuantas veces, en un grupo de amigos, el plan que hacemos al final, ha quedado determinado porque alguno de los integrantes se enoja si no hacemos lo que este quiere y terminamos, por compasión, por crear armonía o simplemente porque sonría, sucumbiendo a su deseo? ¿Cuántas veces hemos sabido la respuesta a la interesante pregunta del profesor pero no hemos alzado el brazo porque se reirían de nosotros? Lo que sea por no perder al resto.
Cuando nos socializamos -necesidad básica del ser humano- nos exponemos muchas veces a que venza lo pequeño:
- Si quiero dar un paseo por el parque pero ella está cansada, se impondrá su cansancio.
- Si quiero hablar de literatura pero jamás has abierto un libro, ganará tu ignorancia.
- Si quieres ir a la ópera pero yo considero que eso es soporífero, ganarán mis prejuicios y nos perderemos elNabucco.
Esto no quiere decir que tengamos que saber de todo o amar todo, pero sí lo más posible. El gusto se educa, la educación requiere esfuerzo. Siempre habrá quien diga aquello de “para gustos, colores”… Pues eso, para gustos colores, y en todo lo demás debemos esforzarnos por llegar a amar más cosas, porque gran parte del disfrute de algo depende del conocimiento de sus reglas, su entorno y su esencia.
El gusto se educa, la educación requiere esfuerzo.
Todos tenemos limitaciones y debilidades, no se trata de negarlas, sino de reducir las primeras, expandirnos y fortalecernos en las segundas. El crecimiento personal es, a fin de cuentas, aumentar nuestro campo de capacidades y, con ello, nuestras posibilidades o, lo que es lo mismo, reducir nuestras debilidades.
Es importante pelear contra los límites, alejarlos lo más posible. Es importante estar abierto siempre a más.
Es importante pelear contra los límites, alejarlos lo más posible. Es importante estar abierto siempre a más.
Hay algo que la lógica nos enseña: el continente determina el contenido. Por muy grande que sea el mar, solo nos llevaremos el agua que quepa en nuestro vaso; por muy hermoso que sea el mundo solo veremos hasta donde los ojos alcancen; por mucho amor que haya en el mundo, solo sentiremos el que quepa en nuestro corazón… Más vale que este sea enorme. Miremos más lejos, vayamos más allá, crezcamos, dilatemos el corazón, digamos SÍ.
Crecer duele, mucho a veces, lo saben nuestras encías cuando salen los dientes, lo sabe nuestro orgullo cuando nos equivocamos pero aprendemos, y lo sabe nuestro miedo cuando abandonamos nuestra zona habitual…. Pero, ¡ojo!, crecer es crecer.
Crecer duele (…), lo sabe nuestro miedo (…), pero, ¡ojo, crecer es crecer!.
La paradoja escondida es que suele vencer el NO, pero sin embargo lo que hace avanzar es el SÍ. Las matemáticas se ‘equivocaban’ y, en la vida, lo positivo puede arrasar con lo negativo.
Lo positivo solo se pierde entre lo negativo –más por más, es más-. Si todos contribuyéramos, si todos sumáramos, la cuenta siempre sería positiva. No seas un lastre para los que te rodean, seamos un equipo.
Que no se imponga La dictadura del débil, que ganen los ‘fuertes’, los valientes, los que buscan el crecimiento de sí mismos y del grupo, porque son los fuertes los que mejor podrán tirar de los demás cuando necesitemos ayuda.
Disfraces sin carnaval
Hay tres tipos de persona: los que se preguntan qué sobra, los que se preguntan qué hay y los que se preguntan qué falta. Los primeros se quejan, los segundos se dejan llevar y los terceros actúan.
La vida pone máscaras a unos mientras otros se esconden muy bien. En semejante Carnaval, malo parece dar la cara. ¡Pobre del que llega a Venecia sin disfraz! (Si es que le dejan entrar).
Buscando cada cual su propio placer, pronto olvida uno quién es y difícil se recuerda quién es uno.Con tanto lío de identidad, es frecuente encontrar a los que se quejan pensando que son de los que actúan (“lo que falta es que desaparezca lo que sobra”, dirán), así como gente que parece que no actúa porque apenas se avanza (“lo que sobra es que echemos tanto en falta”, responden).
En medio del banquete, gesticulando con los brazos, se ve a otro grupo. El grupo del ‘hay-que’.“Hay que tal, hay que cuál…”, bien conocidos por todos. Estos están tan cerca de los primeros como de los segundos, pues si los unos restan, los otros no suman y, ya se sabe, desanimar y no animar no andan demasiado lejos.
Por fortuna, no hay Venecia sin canal ni canal sin gondolero. Suerte tiene este de que su barca no navegue con remos o, entre los que no reman, los que lo hacen para el otro lado y el peso de ambos, no llegaría a ningún lado.
Él sigue y seguirá, es su causa, pero para sus adentros siempre anhelará el día en que todos coincidan en dirección, ganas y sentido.
No sobra ningun compas en tu partitura
La vida no es algo lineal y plano; la vida es una suma de etapas.
Pensemos en una partitura. Con el tiempo aprendes a no menospreciar ninguno de sus compases… Hay silencios, síncopas… Aprendes que existen etapas que, como las notas, son blancas o negras, que otras son fusas y otras difusas…
Pensemos en una partitura. Con el tiempo aprendes a no menospreciar ninguno de sus compases… Hay silencios, síncopas… Aprendes que existen etapas que, como las notas, son blancas o negras, que otras son fusas y otras difusas…
No sobra ningún compás en tu partitura.
Cuando te coma el miedo, la soledad, o cuando no sepas si llegaste allí huyendo o buscando, recuerda que en esta melodía existen tempos que son moderados, otros que son allegro y otros que lloran adagios…Tú sólo has de cerrar los ojos, dejarte llevar y seguir bailando…
Recuerda que, si quieres, en la canción de tu vida tú tomas la batuta, y que el miedo no existe si tú estás contigo y el metrónomo no es otro que tu corazón…
Pideme, por favor
Hace años escuché en algún lugar una frase que, a diferencia del lugar, quedó dentro de mi cabeza:“el mejor favor que puedes hacerle a un amigo es dejar que te haga un favor”.
No sé en qué momento de la historia nos confundimos y nos creímos que mejor era recibir que dar, tener que entregar.
Algunas teorías biológicas nos hablan de la competitividad y la lucha por sobrevivir de las especies. Es el caso, por ejemplo, de la mal llamada por muchos “supervivencia de los más fuertes”. (Mal llamada porque una mala traducción la alejó del concepto original de “supervivencia de los más aptos…” Y ser apto y ser fuerte, sobre explicarlo, no es lo mismo). Asimismo, escuchamos con frecuencia aquello de que a la gacela coja se la comía el león, que el que compartía el plato moría de hambre y que al que defendía al grupo mientras los demás huían se lo cargaban antes.
Estamos programados -y no cabe duda- para sobrevivir, y en nuestros genes –queda saber si en verso o prosa- así dicen que está escrito. No obstante, y he aquí la esperanza a la que debemos agarrarnos, si bien estamos programados para sobrevivir, nadie sobrevivió sin sociedad y ninguna sociedad sobrevivió sin cooperación… Y esto, nuestros genes, también lo saben. Es por esto que vivimos en una balanza de dos pesos: el egoísmo y el altruismo.
Gente y gente
Hay muchos tipos de gente. Gente que no da, gente que espera primero a recibir, gente que prefiere dar y demás combinaciones. Sin embargo, somos todos la misma especie, ¿cómo es posible? No existe nadie que no pueda dar, sino gente que no sabe hacerlo. Y no saben porque no han descubierto la felicidad de hacerlo… y hasta donde sabemos, nadie rechaza la felicidad.
Dar es increíble, es el cable que nos conecta a los demás, es lo que nos hace uno, lo que convierte al individuo en hombre. Dar es engrandecer, es ofrecer posibilidades… Sonreír está bien, pero hacer sonreír está mejor, porque cuando sonríes tú sonrío yo y, haciéndote feliz, ya somos dos.
Entonces, ¿Por qué es importante aprender a pedir?
En el momento que nos entregamos a los otros estamos, en primer lugar, reconociendo que hay otros y, en segundo lugar, diciéndoles que queremos estar con ellos, ser un equipo. Si pedimos un favor, lo que estamos haciendo es decir que queremos que estén con nosotros.
Dar y pedir, pedir y dar… Dos formas de decir “te quiero a mi lado”, “te necesito”. Dos formas de decir que mejor si vamos de la mano, si rompemos el individualismo y nos adentramos en la felicidad y el regocijo que nos da volver a la naturaleza y esencia de lo que en verdad somos: seres sociales.
A veces nos cuesta pedir, nos sentimos vulnerables o incompetentes. Y es este el error, precisamente. Ver con ojos de competencia o competitividad lo que debería ser cooperación. ¿Para qué ser rivales si podemos ser un equipo? Cada vez que damos o cada vez que pedimos estamos legitimando el concepto de sociedad, de unidad y de cooperación. Estamos renovando los votos de que “mejor juntos”. Y, sin duda, mejor juntos.
No tengamos miedo a pedir, a decir “te necesito”, porque, digan lo que digan, no solo es lo que nos hace humanos, sino que es de lo más bonito que de tu boca puede salir y que en tus oídos puede entrar.
No te pongas metas
No te pongas metas, establece una dirección o, mejor, un sentido.
No te pongas metas, define tu causa. La meta es un fin; la causa, eterna.
Recuerda la Física: de toda fuerza deriva una dirección y un sentido; a toda fuerza le sigue un inercia. Si llegas a la meta, si te detienes, significa que acabó tu fuerza.
Recuerda la Física: de toda fuerza deriva una dirección y un sentido; a toda fuerza le sigue un inercia. Si llegas a la meta, si te detienes, significa que acabó tu fuerza.
No uses un mapa, usa una brújula. No persigas una ‘X’ marcada en el valle, sigue una flecha que traspase las montañas.
Fija tu Norte y dirígete a él. Esto no quiere decir que un día vayas a llegar al lugar donde digas “este es el Norte” (hasta las brújulas se vuelven locas si así ocurre), no existen las garantías. Es como la línea del horizonte, inalcanzable, o como una cinta de correr, imparable.
Solo corre dirección a tu Norte y, aunque nunca lo alcances, sí que podrás medir la distancia que te separa del Sur del que partiste y esa, amigo, será tu proeza.
Fija tu Norte y dirígete a él. Esto no quiere decir que un día vayas a llegar al lugar donde digas “este es el Norte” (hasta las brújulas se vuelven locas si así ocurre), no existen las garantías. Es como la línea del horizonte, inalcanzable, o como una cinta de correr, imparable.
Solo corre dirección a tu Norte y, aunque nunca lo alcances, sí que podrás medir la distancia que te separa del Sur del que partiste y esa, amigo, será tu proeza.
No quieras ser alguien concreto, no te limites. Acepta el maravilloso reto de descubrir quién puedes llegar a ser.
No te pongas metas, porque puede que llegues. Llegar es bueno, claro que sí, pero si trabajas con un sentido es posible que lo superes, y eso es excelente.
No te pongas metas, porque la felicidad está en el camino. Pon bajo tus pies una cinta de correr o mira siempre al frente, pues nadie avanza más que quien con cabeza alta persigue el horizonte.
No quieras ver si llegas a ser lo que te propusiste. Eso, además de limitarte, angustia. Esfuérzate, dalo todo. No quieras ser alguien concreto, no te limites. Acepta el maravilloso reto de descubrir quién puedes llegar a ser.
El sentido de la vida es vivir con sentido. Perderlo, morir.
Hedonismo Vs Felicidad
En los felices días del verano, una cigarra alegre aprovechaba el calor cantando y bailando, mientras la sufrida hormiga no descansaba, en la búsqueda de comida que llevar a su casa.
La cigarra se burlaba de la hormiga y le decía:- ¿No es más bonito gozar de la vida con bellas canciones, como yo hago, que trabajar todo el día como haces tú?La cigarra y la hormiga.
Hedonismo y felicidad. Más que dos conceptos diferentes, son dos actitudes ante la vida diferentes.
Hedonismo
El hedonismo toma como bien supremo el placer, y enfoca su vida en la búsqueda de este y la huida del dolor. Se trata de una percepción utilitarista de la vida: Mi felicidad será el resultado de la suma de momentos placenteros menos los momentos dolorosos.
Sin embargo…
La felicidad, en términos plenos, es otra cosa. No busca el placer máximo a cada instante y a cualquier coste, y tampoco evita el dolor por norma, sino que lo acepta como parte del camino. El camino… He aquí la clave.
La felicidad como camino: El establecimiento del proyecto
Lo que diferencia a la auténtica felicidad del placer es la creación de un proyecto que guíe nuestra conducta por encima de lo que resulte placentero o no placentero.
Alguien malinterpretó a Esopo y pensó que la hormiga solo podía ser feliz en invierno y la cigarra las otras tres estaciones. “Tres mejor que uno”, dirían los hedonistas antes de consumirse. La hormiga creía en lo que hacía, la cigarra se dejaba llevar; una elegía, otra sucumbía; una tenía principios, la otra cayó al final.
Para la felicidad es vital la elección de un proyecto. Todo proyecto exige compromiso, fidelidad yesfuerzo. Se trata de una promesa hecha a uno mismo y a nadie más.
“No deshagas mañana lo que vayas a hacer hoy.”
Compromiso-deber-felicidad
Es en la elección libre de los límites adecuados donde reside la felicidad.Decía José Antonio Marina que “el deber es indispensable para la felicidad”[1].
No me cabe duda alguna de que lo que nos hace libres es “ponernos deberes” (disciplina) y elegir nuestro proyecto. Y es que la auténtica libertad no es la ausencia de límites, sino cuando los límites te los pones tú. Ahora bien, la libertad no es sinónimo de felicidad. La felicidad necesita de límites, los cuales no solo deben partir de uno mismo sino que además deben ser bien escogidos, adecuados[2].
No me cabe duda alguna de que lo que nos hace libres es “ponernos deberes” (disciplina) y elegir nuestro proyecto. Y es que la auténtica libertad no es la ausencia de límites, sino cuando los límites te los pones tú. Ahora bien, la libertad no es sinónimo de felicidad. La felicidad necesita de límites, los cuales no solo deben partir de uno mismo sino que además deben ser bien escogidos, adecuados[2].
Conclusión
1) Elige tu proyecto.
2) Encárgate de que sea un proyecto bueno y honrado.
3) Comprométete con él, orienta tus acciones hacia él, evita las que te alejen y no actúes sin sentido.
2) Encárgate de que sea un proyecto bueno y honrado.
3) Comprométete con él, orienta tus acciones hacia él, evita las que te alejen y no actúes sin sentido.
No te dejes embaucar por el falso placer. La contable diferencia entre el hedonismo y la felicidad verdadera está en que, en el primer caso, el resultado es igual a la mera suma de sumandos; y, en el segundo, el resultado es bastante superior aunque los sumandos puedan aparentar ser más bajos. Es por esto que si elegimos la felicidad, si vivimos en los proyectos, el dolor, los fracasos o los contratiempos no solo serán soportables sino que no nos restarán.
[1] Es necesario asumir que a pesar de las connotaciones negativas que se han dado a la palabradeber, existen deberes positivos y negativos. Por ejemplo, deberes positivos para alcanzar la felicidad serían librarse de la ignorancia, el miedo, la dependencia, la furia, etc.
[2] ¿Cómo saber qué es lo adecuado?
A esta capacidad de discernir con buen juicio y sensatez entre lo que es bueno o malo (para bien seguirlo o bien evadirlo) los clásicos lo llamaron prudencia. No es de extrañar que la consideraran la madre de las virtudes cardinales, sin la cual no podían darse las otras tres (justicia, fortaleza y templanza) pues es el camino que nos abre las puertas de la felicidad. La realización del bien exigeel conocimiento de la verdad.
Solo desde el conocimiento y la deliberación podremos actuar conforme a normas superiores a nuestros impulsos, identificar nuestro proyecto y detectar los límites, superando así el atractivo señuelo del hedonismo para adentrarnos en la grandeza de la búsqueda de la felicidad.
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