Nunca te voy a decir que me pongo nerviosa cuando te miro. Que mis nervios, bloqueados como una caja fuerte, sólo son capaces de mandarme impulsos hacia el roce con tu cuerpo. Intentando buscar ese choque con tu sonrisa sincera, tus anécdotas inconfesables, tus historias melodramáticas y, por qué no, también con tus sueños y pasiones.
Nunca te diré que me gustas tanto como los domingos en pijama, un buen clásico de la literatura, un café caliente al despertar cuando ya es invierno e, incluso, más que una tarde de lluvia escuchando música, mientras el agua se aglutina en los cristales.
Nunca te voy a decir que siempre me ha gustado arriesgar, todo o nada; apostar con los ojos cerrados sin saber qué cartas puedo jugar. Soy de impulsos, tentaciones y riesgos. No temo al fracaso, ni a perder lo que he ganado. Sólo tengo miedo a las dudas, confusiones y al caos. Me asusta esa inseguridad de las personas de no saber qué hacer, dónde ir o por dónde caminar…. Pero eso tú no lo sabes, porque nunca te lo voy a decir.
Jamás te diré que al contemplar tus ojos me invade una sensación de tranquilidad que añoro. Ojalá pudiese perderme en tu mirada días y noches, naufragar sin miedo a que el mar me arrolle de tus pupilas. Son capaces de iluminar la noche más oscura; como esos faros que están en alta mar, destellando en el horizonte, y consiguiendo, sin apenas esfuerzo, rescatar a las sirenas que están ahogándose en las tinieblas.
Nunca te contaré que mi mirada se pierde en tu cuerpo, te busca y, aunque no te encuentre, intenta cruzarse con tus ojos para poder sonreír y, así, jamás volver a ser indiferente.
Sobre todo, lo que nunca te voy a decir es que quiero compartir contigo charlas interminables, cervezas frías en un bar mientras la nieve cae invadiendo la calzada, visitas inesperadas, conversaciones nocturnas que no permiten conciliar el sueño, llamadas sorpresivas, sueños y planes, noches de insomnio y mañanas en la cama, prisas, sonrisas, miradas, abrazos, palabras, emociones….
Jamás sabrás lo que nunca te voy a decir; aunque ya te lo he dicho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario