Hoy puedo ver una luz e intento aferrarme a ella, elevando mil plegarias a un cielo que parece no escucharme y poco a poco me levanto esperanzado en que tus manos vendrán a mí, que vendrán a sacarme de esta jaula fría y solitaria, que romperán las cadenas de tantas noches de soledad, en las que me fui apagando hasta ser una sombra, una especie de risa apagada que se fue perdiendo entre el murmullo ensordecedor de tantos gritos...esos que clavaban como cuchillos.
La magia comenzó el día en que tomaste mis manos y me llevaste a volar. Iluminaste todos los rincones con tu sonrisa, limpiaste con solo una palabra tantas pesadillas, me salvaste cuando mis alas estaban desgastadas por tantas heridas, por tantas batallas perdidas, por tantos besos que nunca llegaron a su destino...La magia llego y hoy puedo brillar.
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