En el fondo de un pozo

Hay veces que siento como si hubiera caído en lo más profundo de un pozo. No encuentro razones para estar allí sin embargo allí estoy. Observó desde la lejanía el brillo del sol que de vez en cuando siento en mi piel como un cálido regalo, casi parece que, escalé tanto, que casi puedo salir de mi pozo, pero hay veces, en las que resbalo y vuelvo a caer. Pienso que cada persona tiene su propio pozo, algunos más profundos y oscuros que otros, llenos de recuerdos donde te hundes ,o por lo contrario ,donde consigues flotar. En lo más profundo de este solitario pozo , guardamos bajo llave, esos pequeños o inmensos secretos. Secretos inconfesables. Es por así decir una caja secreta, de la cual la llave, solo la tienes tú. Un lugar donde aislarnos del mundo, donde puedes dejar de sentir tu alrededor. Cada piedra de la que está formado, es un recuerdo, un sentimiento , una emoción, un trozo de nuestro pasado. Así, segundo a segundo, día tras día, y año tras año, este pozo se va haciendo cada vez más profundo. Hay veces que sumirse en nuestros recuerdos es casi imposible de evitar. Pero no siempre es malo recordar, ya que el olvido , es uno de los peores sentimientos que se puede experimentar. Por eso, cada uno de nuestros recuerdos hay que guardarlos como un preciado tesoro. Da igual lo doloroso que pueda llegar a ser, cada uno de estos recuerdos nos hace más fuerte y nos crea tal y como somos, pues lo verdaderamente doloroso no es caer en el fondo del pozo, si no sumirse en el olvido constante, como un prisionero en su celda, aislado de su libertad. Por así decir, caer en este pozo , es estar en un estado latente, donde no te aíslas momentáneamente del mundo, un par de minutos que son capaces de hacernos reflexionar sobre las mas complicadas y sencillas cosas. Pero no debemos quedarnos así , sería demasiado cobarde refugiarnos en la oscuridad en vez de observar la luz, es por eso, que aunque hay veces que debemos caernos , no debemos hacer imposible el levantarnos.