Como hablar cuando a uno le faltan las palabras. Como decirte aquello que me está matando por dentro sin que nadie sufra. Nadie debería padecer por amor, es incompatible con el contenido de la palabra, debería estar prohibido por ley todo tipo de sufrimiento producido p padecido por tan bello sentimiento. Y sin embargo ocurre todo lo contrario. El miedo escénico al qué dirán, el temor al qué pasará…hace de un poco un todo. Y una situación que debió ser contada en el mismo momento, se eterniza y se alarga con el sufrimiento implícito que ello conlleva. Nadie, repito, nadie está obligado a amar a otra persona. Amor y obligación no son compatibles, es más son dañinos. No se puede obligar un sentimiento ya que éste no se basa en leyes racionales. O se quiere o no se quiere, es así de sencillo. El alargar por obligación nos lleva a espirales de dolor de difícil salida con el inequívoco final del desaliento doloroso, del intentar enmendar con el socorrido y tan odiado te quiero como amigo.
En estas situaciones, y que conste que religión y escribiente raramente casan, sería bueno acatar eso de “quien tenga algo que decir, que hable ahora o calle para siempre”
Buenas noches.
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