Es en ese preciso momento cuando todo adentro de nosotros se contrae para hacer pequeñas explosiones. Y claro que es ahí donde nos damos cuenta que no es fácil el olvido, pero hacerse pendejo tampoco trae los resultados que deseamos. Ahora que me pongo a pensar ¿Cómo puedo ser tan vulnerable hacia ti? ¿Qué clase de lógica gobierna mi corazón?
Debe ser muy absurda porque ahora que reviso los archivos en el disco duro de mi materia gris, me doy cuenta que no hay ningún documento que date la fecha de cuando me preguntaste por mi comida favorita, de qué cosa era el amor para mí, nunca tuve un mensaje tuyo de buenas noches; pero de mi parte eso a ti no te faltó, jamás quisiste saber cuál era la película que me hacía nudos en la garganta o me alegraba, o el tipo de libros que me gusta leer.
Tampoco se te ocurrió un día cualquiera invitarme a caminar al parque sólo porque te fuera agradable mi compañía, la fecha de mi cumpleaños, ni una canción dedicada o una pregunta sin sentido para prolongar una charla ridícula.
Ahora que lo reflexiono mejor; nunca hubo de tu parte un interés en estar conmigo y eso en su momento no lo entendí.
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