martes, 2 de febrero de 2016

Tranquila, fría, distante y sola

No ha pasado nada.

No ocurre que sopla el viento y las lágrimas caen, no cae la lluvia ni suena el móvil, no se mueven las nubes ni se vierte la sangre.
No ocurre nada. No se rompen corazones ni se dañan sentimientos, no se miran fotos sin dolor en el pecho. No duele la cabeza, no duele el corazón. No duele nada. No hay analgésicos ni calmantes. No son necesarios.
Todo está tan tranquilo... tan tranquilo que da miedo mirarlo. Tan tranquilo que no se mueve, como si el tiempo no existiera; tan tranquilo como si nadie existiera, tan tranquilo como si no ocurriera nada.
A la vez el tiempo es tan frío... tan frío que mata. Tan frío como un témpano de hielo, como una mañana de enero, como una noche de helada, como los cadáveres; tan frío como el silencio, tan frío como el inmenso vacío...
Tan frío y tan distante... que parece que se pierde en el horizonte infinito. Tan distante que parece que no existe, que no puede hacer daño, tanto, que parece que no inmuta..., todo parece tan distante como si no fuera mi vida, como si no se tratara de nada mío y nada me afectara.

Nada de esto es real. Nada de esto quiere entrar en mi cabeza. Nada de esto existe. No hay momentos fríos. Ni momentos lejanos. Ni momentos tristes. No existe nada.
Sólo estoy llorando. Todo está tan tranquilo..., tan frío, tan irreal y distante, que parece como si no pasara nada. Pero pasa. Todo pasa. Todo sigue pasando.

No hay comentarios: