Caminaba por la playa sin saber a donde la llevaría ese rumbo. Hacía un sol maravilloso, el mar intentaba acariciar los dedos de sus pies, pero ella se resistía a mojarse a esa hora tan temprana. Estaba sola, sólo había un poco más allá un hombre pescando que la miraba sonriente.
Sus pensamientos se entrelazaban en su mente, no sabía como pero había pasado. Estaba perdiendo el control de su vida, hasta que él apareció en ella y le hizo ver que todo dependía del color con el que mirara las cosas; que la felicidad son pequeños momentos al abrigo de un abrazo, una canción lenta o un atardecer en lo alto de una montaña.
El pelo le acariciaba la cara, se había levantado un ligero viento. Se puso una chaqueta fina que llevaba. Siguió meditando sobre lo que tenía que hacer, no sabía cómo sobrellevar aquel sentimiento que se le estaba aferrando al corazón. Él lo había sido todo para ella, ahora sin embargo, era un vago recuerdo que azotaba su mente y parte de su vida.
No sabía cómo afrontaría el presente ni siquiera sabía cómo afrontar el futuro, ella sólo seguía caminando por la playa, sola y con un hombre pescando que la miraba a lo lejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario