lunes, 17 de agosto de 2015

Me dejé llevar por ti, pero esto no es amor

Entre risas y conversaciones, olvidé que no eras para mí, ni yo para ti.
Me dejé llevar por ti. Por tus gustos, por tu carácter dañado que quería reparar, por lo que había tras esa caparazón que no dejabas que nadie rompiera, y tantas otras cosas más. El tiempo contigo era feliz. No particularmente maravilloso, y quizás ahí debí haber dicho “no más”, y debí ser prudente. Pero me encontraste en una época en la que no temía a nada, y mi juicio estaba nublado por mis nuevos aires de libertad, porque al fin estaba moldeando como yo quería ser. Y por eso, probaba un poco de todo, y te terminé probando a ti.

No puedes negar, ni yo puedo hacerlo, que todo iba bastante bien. Era verano y quizás el calor nos nubló un poco el juicio. Tú lo sabías, sabías que algún día me iría sin más. Que lo que nos estaba pasando no era suficientemente denso, ni real, ni comprometedor. Pero yo estaba demasiado relajada, y solo te decía que todo estaría bien y podías confiar en mí.

Aún si digo todo esto, sé que sentí cosas por ti y que me dedicaba a conocerte y lo disfrutaba. Nunca fue mi intención no estar en el mismo nivel en lo que podríamos haber llamado una relación, pero simplemente seguí con el guión que teníamos, muy entretenida por las noches mirando las estrellas y compartiendo en un mundo totalmente nuevo al que yo conocía.

Es en el momento en que – aunque bien lo sabía – tenía que decirte que esto no era amor. Que era pura fantasía, y quizás una bastante mala. Que lo que vivimos era real, pero yo no era una pertenencia tuya para asegurar tus miedos. Ninguno trataba al otro como se merecía. Por lo que decidí que ya no daba para más. Nos miramos y tú lo sabías, esa noche no habrían abrazos ni nos volveríamos a ver. Yo también lo supe, y es por eso que me marché tan estrepitosa y rápidamente de tu vida, tal como entré. Créeme, lo lamento, quería lo mejor para ti. Créeme, no era para ti. Ni tus celos eran para mí, pues no lo valían. Simplemente fue así.

Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas

Cuando eres consciente de lo que mereces, y por fin, te lo concedes, y aprendes a priorizarte un poco más a ti mismo, llegará lo que necesitas en realidad. No es magia, ni es el universo tejiendo sus leyes de atracción. Es nuestra propia voluntad para ser felices, para tomar las riendas de nuestra vida…

Empezaremos proponiéndote una pequeña reflexión… ¿Qué es lo crees que te mereces a día de hoy?
Puede que hayas pensado en un descanso. En permitirte que el tiempo discurra un poco más despacio para poder así, apreciar todo lo que te rodea. Disfrutar del “aquí y ahora”, sin estrés, sin ansiedad.
Es posible que hayas pensado también “que mereces alguien que te quiera”, que te reconozcan un poco más. Sueles esforzarte mucho por los demás y no siempre ven todo aquello a lo que has llegado a renunciar.
Todos, en nuestro interior, sabemos qué es lo que merecemos. No obstante, el reconocerlo es algo que a veces nos cuesta porque pensamos que puede llegar a ser unaactitud egoísta.
¿Cómo decir en voz alta cosas como “necesito que me quieran”, “merezco ser respetado/a”, “merezco tener libertad y tener las riendas de mi vida”? En realidad, basta con decírnoslo a nosotros mismos.
No debemos equivocarnos, porque priorizarnos un poco más no es una actitud egoísta.Es una necesidad vital, es poder crecer interiormente para ser felices.
Te invitamos a reflexionar con nosotros.

Las actitudes limitantes

Muchos de nosotros solemos desarrollar a lo largo de nuestra vida muchas actitudes limitantes. Son creencias en ocasiones inculcadas durante nuestra infancia, o incluso desarrolladas posteriormente en base a determinadas experiencias.
Son esos pensamientos expresados en frases como “no valgo para nada”, “yo no soy capaz de hacer eso, fracasaré”, “¿Para qué intentarlo si siempre me salen las cosas mal?”…
Una infancia complicada con unos progenitores que nunca nos dieron seguridad, o incluso relaciones afectivas basadas en la manipulación emocional, suelen limitarnos casi de un modo determinante. Nos volvemos frágiles por dentro y vamos poco a poco, deshilachando nuestra autoestima.
Reestructura tus creencias. Tú eres más que tus experiencias, no eres quien te hizo daño o quien alzó muros para privarte de tu libertad. Mereces avanzar, mereces leer en tu interior y reconocer tu valía, tu capacidad para ser “apto” en la vida y sobre todo, feliz…

Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas (2)

Lo que mereces, lo que necesitas

Lo que merecemos y lo que necesitamos está tan unido como el eslabón de una cadena. Te pondremos un ejemplo: “Necesito a alguien que me quiera”. Es un deseo común. No obstante, empezaremos cambiando la palabra “NECESITO”, por“MEREZCO”.
Te mereces a alguien que sepa leer tus tristezas, alguien que atienda tus palabras, que sepa descifrar tus miedos y ser el eco de tus risas. ¿Por qué no? Al cambiar la palabranecesidad por merecer, eliminamos ese vínculo de apego tóxico que en ocasiones, desarrollamos en nuestras relaciones afectivas.
Si necesitamos algo para ser felices
nos volvemos cautivos de nuestras propias emociones

Empieza por ti mismo/a. Sé tú la persona que quisieras tener a tu lado… La que merece caminar los pasos de tu vida. Al final, llegará alguien que se reflejará en ti. No obstante, empieza también con estas importantes dimensiones:
 
-Libérate de tus miedos.
-Disfruta de tu soledad, aprende a leer en tu interior, a empatizar más contigo a la vez que con los demás.
-Cultiva tu crecimiento personal, disfruta de tu presente, de lo que eres y de cómo eres.
-Aprende a ser feliz con humildad, desactivando el ego, madurando emocionalmente.
En cuanto te des a ti mismo todo aquello que mereces,
convirtiéndote en la mejor versión de ti, llegará lo que necesitas.

Priorizarse a uno mismo no es ser egoísta

Muchas veces seguimos siendo prisioneros de esos pensamientos limitantes explicados al inicio. Hay quien encuentra su felicidad dándolo todo por los demás: cuidando, atendiendo, renunciando a ciertas cosas por los demás.
Es posible que nos educaran así. Ahora bien, siempre llega un momento en que hacemos balance y algo falla. Aparece el vacío, la frustración, el dolor emocional…
Como todo en esta vida, existe la armonía, la conjunción de tu espacio y mi espacio, de tus necesidades y nuestras necesidades. La vida en familia, en pareja o en cualquier contexto social, debe construirse mediante un adecuado equilibrio donde todos ganen y nadie pierda.
En el momento que hay pérdidas, dejamos de tener el control de nuestra vida, dejamos de ser protagonistas para convertirnos en actores secundarios.

Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas (3)

Reflexiona durante un instante en estas breves ideas:
-Merezco un día de descanso, para mi mismo, en soledad. Esto me ofrecerá lo quenecesito: pensar, liberarme del estrés y relativizar las cosas.
-Merezco ser feliz, tal vez sea el momento de “dejar ir” determinadas personas, o aspectos de mi vida. Ello me permitirá conseguir lo que necesito: una nueva oportunidad.
Todos merecemos dejar de ser cautivos del sufrimiento, de nuestras propias actitudes limitantes. Abre los ojos a tu interior, descifra tus necesidades, escucha tu voz. En el momento que te permitas lo que mereces, llegará lo que necesitas.

Quiero estar soltera, pero contigo

Que volvamos a encontrarnos entre tantos desencuentros.


Quiero volver a casa y reír sin parar, porque después de todo mi día conmigo misma, he decidido volver a casa, volver a ti. Quiero que una y otra vez volvamos a encontrarnos en el mismo lugar, durmiendo en una maraña de brazos y piernas, despertando con la suave respiración del otro en nuestro oído. 
Quiero levantarme y que decidamos preparar un desayuno juntos, no es algo que tenga que suceder siempre, de hecho habrá ocasiones en las que quizás despertaremos en otros lugares, en las que quizás no querremos comer.
 Pero quiero esas ocasiones, en las que tú prepares la comida y yo el café sin decir ni una sola palabra porque conocemos a la perfección nuestros gustos.
Quiero que hablemos sobre nuestros planes, incluso si sabemos que no se convertirán en realidad. Quiero que me cuentes sobre esas ganas que tienes de recorrer el mundo, quiero contarte sobre ese sueño que siempre he tenido de conocer lugares que sólo puedo imaginar, países con los que sólo puedo soñar.Quiero que sonrías y digas: ‘nos vamos’.

Contigo quiero hacer cosas que no haría con nadie más, esas cosas que me asustan, que me maravillan y que me causan dudas. A tu lado me siento valiente, a tu lado creo que puedo conquistar el mundo, a mi lado tú también lo ves todo más brillante y es eso lo que no quiero que nadie nos quite, incluso en esta situación. Quiero que tengas tu propia vida, tal como yo tendré la mía y quiero que cada uno pueda decidir hacer cosas impulsivas, incluso si nos alejan por meses o semanas.

Quiero maravillarme cuando vuelva a saber de ti, cuando vuelva a verte. Quiero sentarnos y que nos contemos todo lo que ha pasado en ese tiempo, sólo para darnos cuenta que nos habíamos extrañado como nunca pensamos que sería posible. Quiero llegar a ese punto en el que nos daremos cuenta que somos lo único que necesitamos, a ese punto en el que una sola mirada generará cientos de sonrisas entre nosotros. Quiero estar soltera, pero contigo, quiero estar a tu lado y saber que hemos decidido encontrarnos entre todos estos desencuentros.

Porque sin ti me muero, pero contigo tambien

Quisiera no tener que dejarte nunca, pero pareciera que junto a ti, solo encuentro dolor.
En algún momento de tu relación, llega el punto en que te das cuenta que esa relación en la que estás, por más que intentas hacerla funcionar, cada vez empeora más.
Al fin comienzas a abrir los ojos, a darte cuenta que no puedes hacer florecer a una rosa en tierra árida. Aunque la riegues y la cuides, la verdad, es que jamás florecerá. Puede que alcance a crecer un poco, así como la esperanza dentro de ti, pero se marchitará antes de que puedas darte cuenta.

Sin embargo, como buena mujer guerrera, no te rindes, al menos no de manera tan fácil. Pasan los años y con ellos vas agotando cada una de las posibilidades para hacer que esa pequeña semilla que con tanta ilusión plantaste, se convierta en la bella flor que tienes en mente. Pero cuando te das cuenta que esa flor, sólo existe en tu imaginación y la realidad es que, a pesar de los esfuerzos que pusiste en hacerla florecer, no ha brotado nada de ella, solo sigue igual que al principio.

Poco a poco te das cuenta que la nostalgia que te da al verla palidecer, al ver cómo todo ello se encoge hasta transformarse en nada. En algún momento pasará, mientras que el dolor de las espinas resulta ser cada vez más real; y es ahí cuando decides, soltarla y dejarla marchitar.Cada día las esperanzas van muriendo dentro de ti. 
Las espinas de esa flor que tienes en la mente y en el corazón van desgarrándote cada vez más, y por más que intentas dejarla marchitar, te das cuenta que junto con ella, te marchitas tú, así que una última vez, intentas hacerla florecer, sin darte cuenta que las espinas son cada vez más filosas y no sabes qué duele más, si el sentimiento que nace de ti al verla marchitar o el dolor que provocan sus espinas al querer hacerla germinar.

Ya deje de esperarte

Hoy te pienso, te sueño, pero ya no te espero.
En este momento estaríamos viviendo juntos, pero fueron múltiples los errores de ambos los que provocaron que poco a poco se comenzara a formar la brecha que nos dividiría. Pero ver que yo esperé tanto de la vida y del destino para que nos uniera, mientras tú continuabas con tu vida, me hizo ver lo egoísta que he sido, cómo me he anulado por esperar a quien se ha ido y que, posiblemente, ya no me ama.
deje2Qué gran dolor se sintió saber que tan lejos estás, pues decidiste viajar para gritar libertad, “¡volar!” como siempre tu alma lo pidió, pero no negaré que duele ver que fue un adiós de esos que ninguno de los dos quería dar.

deje4Cuando he visto que el lugar de nuestros sueños fue compartida con alguien que, sé, hoy es parte de tu presente. Hoy te pienso, te sueño, pero no te espero, porque, aunque en su momento me dolió, amo ver que eres libre, que vuelas y que tus ojos color paisaje están viendo los más hermosos lugares en todos tus viajes. Hoy no te espero, pero eso no quiere decir que no te ame como siempre.
Y, para aquellas personas que están sintiendo ese gran vacío que te rompe en mil pedazos, que vuelan por todo el espacio y hacen que tu alma grite en silencio y que por alguna circunstancia también han esperado a quien tanto se ama, pero no llegará, recuerden que el amor también es soltar y desear lo mejor. Que el amor no mide tiempo ni distancia cuando es verdadero, pero que no podemos renunciar a nuestra misión de vida. SER FELIZ, y para ello no podemos dejar nuestros sueños.
Recuerden, antes de esa persona teníamos un plan de vida, y ése es aquel que debemos de continuar.

Olvidame, ya no te necesito

Sigue viviendo de la ridícula forma que lo hacías, pero ya no lo hagas conmigo.
Hace mucho que ya no siento lo mismo por ti, ya no me tiene chiste estar en contacto contigo, ya no existe la misma chispa que sentía hace un año al platicar contigo. Te veía como un sabio amigo con quien podía contar, con quien no tenía que usar máscaras y podía hablar de mi vida sin problemas porque sabía que me escucharías y yo a ti también.
Perdón pero ya no te necesito, fue un error embarcarnos en aquella aventura en donde los papeles que tenemos solo nos daban culpa, donde las apariencias y las máscaras jamás se pusieron en duda. Perdón pero ya no puedo más porque después de esto no me puedo conseguir otro título para mí más que “un error”, una barrera y un impedimento.

Ahora difícilmente me cuesta abrirme como antes porque cada vez que me topo contigo no me siento más que eso: una mancha negra en tu hoja blanca. No nos hagamos los tontos, jamás podremos ser los amigos que éramos antes porque siempre habrá esa atracción entre nosotros.

Ojalá algún día dejemos de vivir de esta forma, con máscaras, de cuidarnos de lo que los demás dirán, fingiendo en público con tantas culpas atrás. Una persona significativa no es aquella que solo mantiene un contacto contigo por medio de una red social, es aquella que enseña cómo enfrentar la realidad, la que va ser lo imposible por ti y la que se deja de tonteras.
No te hablo porque no tiene sentido, porque ambos sabemos que el ambiente no es el mismo, que se perdió esa esencia que teníamos y que no se puede recuperar de nuevo. Jamás fuiste claro porque siempre dejabas cosas escondidas y sinceramente no entiendo tu objetivo de seguirme contactado, dime: ¿qué quieres de mi?, ¿qué te puedo dar?, es más de una vez ¿qué soy para ti?
Dime, dime qué quieres de mi, ¿para qué te sirvo?, ¿en qué te ayudo?, hace mucho comprendí que el seguirte hablando solo me causaba confusión, nuestra relación social es confusa y no quiero seguir así.
Puedes escoger ignorar todo esto e irte, pensar que exagero pero por lo menos tendré el alivio de que al fin te he escupido todo esto. No espero respuestas de tu parte porque siempre has dejado huecos en el aire, sigue viviendo de esa forma pero ya no lo hagas conmigo.

La vida no es injusta, los injustos fuimos nosotros al no amarnos

Tuvimos en nuestras manos la felicidad.

Nos hicimos tan felices durante tanto tiempo y ahora que estamos tan lejos nos arrepentimos de no habernos mirado a los ojos y de decirnos todo lo que sentíamos. Hemos culpado al tiempo de esta lejanía cada vez mas abismal entre nosotros, cuando la verdad tuvimos en nuestras manos la felicidad y la dejamos caer al suelo como si nos quemara las manos.

No culpes al viento amor, no lo culpes, no culpes a los seres que llegaron después de nosotros, cúlpate a ti y cúlpame a mí por ser tan inmaduros y no amarnos con debíamos. Yo no me fui, jamás lo hice. Sigo aquí en el mismo lugar donde un día te amé con mi cuerpo, con mi sangre, con mi alma y las fuerzas de mi vientre, en el mismo lugar donde solías erizar mi piel.

Yo no huí, jamás abandoné tu lado, sigo aquí, sigo con mis sueños llenos de ilusiones, con el corazón acalambrado de tanto sentir. Sigo tan impregnada de ti, tan insoportablemente enamorada del ayer. Mi corazón sigue enamorado de tus sonrisas del pasado, de tus innumerables desencantos, sigue enamorado incluso de hasta lo que me hacía llorar. A pesar de que sigue latiendo débilmente, ya te perdonó y ya te dejó ir.
Ya no existe nada mas aquí para ti, porque todo lo que tuve te lo di. Te lo entregué en esas miradas que esquivaste, en los besos que no me diste, en las caricias a las que renunciaste. Ahora sólo quedan pedazos y pequeños versos del ayer, ahora sólo quedan los recuerdos que me hacen más fuerte cada vez, quedan los momentos que aunque no quiera los recordaré toda la vida. Pero no voy a volver, nunca volveré porque yo no me fui, yo sigo aquí y no es mi culpa que tu ya no estés aquí.

Si tiemblo no es de miedo, si tiemblo es de frío, del insoportable frío que se siente cuando no amas como amaste, de ese frío que te hace llorar, de ese frío que se siente cuando tu corazón esta cansado, deese frío que sólo se quita con el calor de alguien más, y aunque he intentado con otros labios curar mis labios de tus besos, no lo logré. He intentado con otros cuerpos llenar el espacio del tuyo en mi cama, es imposible. Y aunque esta vida se termine y tú no estés en mis últimos días, sé que valdrá la pena tenerte en mis recuerdos, porque de algún modo me hiciste fuerte.

Confesiones de una mujer olvidada por cupido

A veces te anhelo, a veces te extraño y muchas otras te idealizo, a veces te odio, a veces te busco y muchas veces te rechazo.

Cuando una mujer es olvidada por cupido, idealiza, busca y se decepciona; repite ese proceso constantemente hasta que empieza a entender que la meta no es una relación con alguien más, sino contigo misma. Cuando eso sucede, ya no ves a todas las personas como potenciales novios sino que los empiezas a ver como personas y como amigos, encontrando características permanentes que logran que se queden a tu lado toda la vida. Al contrario de lo que muchos piensan la soltería de las mujeres no está relacionada con la soledad.

Cuando cupido se olvida de ti, te das cuenta que muchas veces ni siquiera quieres estar con alguien, te concentras en otras cosas, disfrutas y aprendes otras cosas de la vida. Aprendes más de ti que de lo que podrías aprender de cualquier otra persona así y también aprendes de todas las personas que te rodean de la misma manera y con la misma intensidad con la que puedes aprender teniendo pareja.

No me comprometeré con un hombre sólo porque es mejor eso que nada. Necesito saber que mi relación será casi tan buena como la que tengo conmigo misma y eso es muy difícil de encontrar. Puede que a veces  si busques una relación pero no todo gira en torno a eso. Entre más tiempo pasa más exigente te vuelves pues te vas conociendo, vas creciendo y madurando por lo mismo tus gustos van cambiando. A lo mejor no sabes lo que quieres pero por lo menos sabes que es lo que no quieres.


Descubrirás que el verdadero problema es que no has encontrado a alguien que te llene verdaderamente, pues ya no te preocupa estar sola sino estar con la persona equivocada. Cuando cupido se olvida de ti, extrañas algo pero no a alguien, quieres ese sentimiento, esa rutina esa idea vendida de ser completada por alguien más, pero cuando cupido te olvida comienzas a reflexionar. Entiendes que las personas no son medias naranjas de nadie pues estamos completos, y que si compartes tu vida con alguien será para complementar y no para completar.
Aprendes que todas las personas son las indicadas en los momentos justos, que todo aquel que llega a tu vida es por algo. Entiendes que la vida se vive una sola vez y que tú eres quien decide cómo vivirla. Entiendes que el amor es la fuerza y el motor de la vida y que no viene en una sola forma: hay muchos más amores que el amor de pareja. Cuando cupido se olvida de ti descubres que las mujeres que no tienen suerte con los hombres, no saben la suerte que tienen.

Ya decidí cambiar: eres cosa del pasado

No está en mis planes seguir aferrada a la peor versión de un hombre que no es para mí.
Mientras pasa el tiempo y tenemos experiencias, claramente vamos teniendo una idea de qué cosas solo funcionan como “prototipo”, y qué nos gusta de verdad, con qué cosas compatibilizamos. En la práctica es que sabes lo que te gusta o no de una persona y si estás dispuesta a lidiar con ello. Es por lo mismo que a veces, miramos al pasado, y dices “¿En qué estaba pensando?”.

La gente cambia, y así lo hice yo. Puede que tú me hayas gustado, me hayas gustado demasiado, pero simplemente ya no me gustas más. Eras una persona que me deslumbraba, pero de a poco, conociéndote, supe que no eras para mí. No es que seas un mal hombre, ni un mal partido, pero eras como una medalla por participación, y ahora yo quiero para mi vida el primer lugar, el trofeo ganador.


No quiero conformarme con las migajas que sentía que tenía contigo. Pensé querer a un hombre como tú, pero decidí ir por algo mejor. Es por eso que desde ahora ya me despido, no necesito rodeos ni intentar ser suave, pues el impacto será igual. No me espera ningún hombre a la salida de nuestra relación, pero sé que sí en algún momento de mi vida, ahí lo encontraré.

El romance lo podemos pensar como algo eterno, de larga duración. Pero la verdad es que no siempre es así, tenemos varios intentos antes de que lo sea. Y aún cuando encuentras aquello que es para el resto de tu vida, puede que ese “resto” no sea tanto como esperabas. Eso ya da igual, lo nuestro solo era pasajero en la vida. Fue importante, pero no da más.

Puedes decirme que soy fría, pero tú y yo sabemos que ya era hora. No es algo de un minuto a otro, pero al fin me decidí. Yo cambié, por lo mismo, ya no puedo estar contigo. No es tu culpa ni es la mía, es tan solo como pasan las cosas. De manera natural, me di cuenta que ya no daba para más. Tú deberías haber también abierto los ojos, y espero que la próxima mujer que te encuentres te pueda amar, y tú saques todo tu potencial para ella. Porque vaya que lo tienes, pero has vivido estancado. Eso no es para mí, por eso, te digo adiós.

La difícil realidad de ser optimista y sufrir de depresión al mismo tiempo

Convivo con ambos mundos día tras día.
3039

Puedes sentirte feliz y reír sin ningún tipo de problema, puedes sonreír la sonrisa más grande y brillante del mundo sin que eso invalide tu enfermedad. Si bien la depresión puede ser algo que muchas veces tome el control de tu vida y tenga un claro impacto en tu estado de ánimo, muchas veces no mostramos todo esto de forma obvia. De hecho, no conozco a nadie que de forma abierta muestre lo miserables que se sienten o los pensamientos oscuros que pasan por su cabeza. Gran parte del tiempo sólo queremos ‘pasar’ o convencernos incluso de que somos como alguien más, de que somos como las chicas con las que salimos, que no dudamos sobre querer seguir despertando día a día.

Puedo sentirme feliz incluso si en la mañana contemplé no levantarme nunca más, puedo sonreír de forma genuina incluso si me pregunté cuál era la razón que tenía para seguir viviendo uno y varios años más. Me sentí optimista ante varios proyectos que actualmente son lo único que me motivan, al mismo tiempo que sigo siendo una persona que sufre de depresión. La razón para todo lo anterior es queme niego a dejar que esta enfermedad controle mi vida, me niego a permitir que borre mi identidad optimista, mis ideas de felicidad, mi sueños para el futuro. Sigo intentando mostrarme normal y feliz gran parte del tiempo, pero es extraño, porque eso hace, ante los ojos de los demás, que crean que estoy muy bien, que sientan que es imposible que tenga depresión.
3037
Esta es una de las razones por las que usualmente evito decir lo que me sucede o las cosas por las que estoy pasando: no soporto esa mirada de incredulidad ¿qué? ¿acaso tengo que mostrarme abiertamente triste y nunca sonreír para calificar como alguien que tiene depresión? Puedo mostrarme optimista porque es parte de quien soy y también puedo estar profundamente herida y triste en el interior
Puedo serlo todo, puedo juntar ambos mundos dentro de mi mente y es así como he aprendido a vivir estos años: aceptando que nunca volveré a ser como sería cuando más joven pero sabiendo que eso no significa que mi enfermedad me defina por completo. El mundo puede ser un lugar hermoso y estremecedor a la vez y lo acepto.

Cada vez que regresas

“Cuando te marchas, te llevas contigo la luz de mi mirada”.

Cada vez que regresas revoloteas todo en mí. Se me olvidan tus rechazos y tus malos tratos. Solo pienso en lo que me haces falta y lo mucho que te extraño. Vuelves como si nada, con flores en las manos, pero con el corazón igual de vacío. Con palabras muy dulces, pero sentimientos muy huecos. Con abrazos reconfortantes, pero falsos.

Regresas y con una sonrisa arreglas todo porque puedes, porque quieres, porque todo es tan sencillo en tu vida. Y porque sabes que no tendré más que escucharte y sonreírte de vuelta, haciéndome olvidar todo lo que me has hecho otra vez. Llegas y dices que lo sientes y, para mí, eso es suficiente, porque te quiero y te creo todo aunque nada sea cierto. Y así es cada vez que regresas.
Después de que vuelves y calmas todo en mí, decides que ya no quieres esto. Te cansaste de la relación y no estás contento. Y así es como un día te marchas, sin avisar nada y comienza otra vez este tormento. Porque cada vez que regresas nunca sé por cuánto tiempo te tendré a mi lado.


Pasan los días, las noches, las horas, todo tan lento.Empiezo a vivir otra vez poco a poco, y de nuevo vuelve a asomarse el sol por mi ventana y parece que todo va a estar bien. Y de repente regresas otra vez, y cambias todo en mí. Pero cada vez que regresas es para volverte a marchar, y cada vez que lo haces te llevas contigo la luz de mi mirada y dejo de ser feliz.

Sin embargo, creo que ya llegará el día en que deje de esperar que vengas y comience a buscar mi propia felicidad que, definitivamente, no estará a tu lado, porque quien te ama de verdad no te deja tantas veces yno te trata como si fueras un objeto, y así es como me he sentido.
Esta vez te dejaré marchar y volveré a mí, porque eso es lo que necesito y merezco.

Esto es para ese hombre que me amó justo en ese momento en el que no podía corresponderle

Fuiste la persona correcta en el momento menos indicado.
Creo que a todos nos gustaría que el amor funcionara de una forma menos compleja, que todo fuese más sencillo, que los sentimientos y las personas coincidieran de forma perfecta, que en vez de rupturas y desencuentros tuviésemos eso que tanto queremos, esa vida que no es necesariamente sencilla pero que nos llena de felicidad simplemente porque la vivimos al lado de una persona en particular. Pero las cosas no siempre son tal y como las esperamos y en muchas ocasiones nos encontramos amando, o siendo amados, por personas con las que nunca podremos realmente conectarnos.
2948
Las circunstancias son siempre misteriosas y nos separan de forma inevitable, sin importar lo mucho que queramos impedirlo. Lo más difícil de todo esto es ser amada por alguien a quien no le puedes corresponder, especialmente si gracias al amor de esta persona lograste superar momentos difíciles. A esa persona, ese hombre que tomó tu mano en el momento en el que nadie más quiso hacerlo, le debes tanto y aún así, sientes que hubiese sido injusto mantenerlo a tu lado, sabiendo que no serías capaz de amarlo como se merecía. Puede que lo hayas dañado de una u otra forma, pero preferiste decirle adiós en vez de mantenerlo prisionero en una ilusión.
2947

Puede que después del quiebre sigas pensando en él, puede que extrañes sus brazos a tu alrededor cada vez que vuelvas a dormirte sola, y es que eso es lo más difícil de todo. Es difícil aceptar que el amor va y viene, que no es estable, que parece no mantenerse en el tiempo. Es aún más difícil darte cuenta que no siempre tenemos la capacidad de amar como alguien se lo merece y que parte de este amor implica dejarlos ir, intentar olvidarlos y darles la oportunidad de encontrar a alguien mejor. Ser amada por alguien sin poder corresponderle de la forma que se merecen implica que no importa si llegas a estar lista en otro momento, nunca más volverás a encontrarlo.

Intentas decirte a ti misma que estás bien, que fue la mejor decisión, que es lo correcto. Sigues con tu vida como si nada hubiese pasado cuando sabes que la verdad es otra, que los sentimientos son otros, que las posibilidades han cambiado. Hiciste lo mejor que pudiste, recibiste su amor e intentaste reciprocarles de formas que no fueron efectivas, sin embargo, parte de su amor se quedó atrapado dentro de ti y aunque no tiene sentido, sigues pensando en ellos. Quizás en otro momento, te dices. Quizás en otra vida, cuando pueda comprometerme con alguien sin tener tantas dudas, cuando finalmente supere eso que lo complica todo, cuando vuelva a creer en el amor sin sentirme tan vulnerable, tan expuesta.

No quiero cosas claras, quiero alguien que me valore

No necesito a mi lado alguien que pueda gastar millones en “hacerme feliz”, necesito alguien que entienda que para hacerme feliz, solo basta amor.
No busco que alguien pague mis cuentas, no busco que me saquen a “pasear”, quiero alguien que salga de la rutina, que llegue con una rosa a mi casa solo para decir “te amo”.

Quiero que alguien me sorprenda, que se interese por mí, que me pregunte cómo me fue en el día, que se interese por mis cosas, que planee conmigo y no que diga “sí, claro ” o un “después vemos”.

Quiero que exista alguien a quien poder decirle lo que se me antoja o lo que me gusta, alguien que me cuente de su vida, de sus problemas, que me vea como su apoyo, como su amiga, como su confidente. No quiero alguien que haga parecer que todo en la vida es perfección.

Quiero que alguien me diga hermosa, que al verme sonría, que busque mi mano, que busque abrazarme, no alguien a quien tener que robarle un beso. Quiero alguien que se sienta orgulloso de mí, que sienta celos si alguien está rondando, que valore lo que soy y que si le digo “te amo” me regale una sonrisa.

Busco a alguien que sepa que prefiero una servilleta donde diga “me encantas” al regalo más caro. Yo no necesito a mi lado alguien que pueda gastar millones en “hacerme feliz”, necesito alguien que entienda que para hacerme feliz, solo basta con que esté muy enamorado de mi.