Buenas, ¿cómo te encuentras? ¿Estás bien?
-¿Eh? Hola. Sí, claro. ¿Por?
-Tienes mala cara.
Claro que tengo mala cara; si no he dormido, no he soñado, no he volado entre mis ilusiones. Si ya no me quedan ilusiones, ¿cómo pretendes que esté bien?
Pongo sonrisas lacrimosas en la cara destrozada por los balazos que un francotirador me va metiendo en cada esquina que doblo en la vida. ¿De qué me sirve sonreír cuando se ven las marcas del delineador de ojos corrido en mi cara? ¿Para qué, si lo único que quiero es sacar mi mal afuera? ¿Por qué me siento sola, aunque no esté sola, aunque mil personas rellenen mi vida? ¿Por qué me siento tan estúpida, incapaz, inútil, impotente ante una barrera que otros ni siquiera tienen? No entiendo por qué soy así. Por qué siento esa especie de vacío interior CONSTANTEMENTE hasta el punto en que me impide respirar y me hace tirarme del pelo y darme golpes contra la pared hasta que me encuentro demasiado cansada y mareada como para seguir despierta. No sé por qué hago muchas cosas inútiles que hago. No sé nada.
Por qué me ha tocado a mí vivir los episodios que me han tocado desde que tengo memoria es algo que me pregunto todos los días. Hay tantas cosas que no entiendo y no sé, y tantas cosas tan fáciles que podría hacer para librarme del maldito sufrimiento que me atenaza día sí y día también que siento miedo. Tan fácil sería acabar con todo como tan difícil pensar en quién dejaría al otro lado con una parte de la vida destrozada.
Simple y llanamente, mi vida se puede resumir en dos palabras: ¿por qué?
No hay comentarios:
Publicar un comentario